Frank, anunció que el programa «Food for the poor» que inició en Cúcuta para apoyar a pequeños productores y alimentar a migrantes y refugiados provenientes de Venezuela, ahora se implementará en Barranquilla en beneficio de niños, niñas y comunidades vulnerables. El éxito de esta iniciativa consiste en que no solo es una oportunidad para las personas que requieren ayuda alimentaria sino para los pequeños agricultores a quienes se les compran los productos a un precio y condiciones justas.
En su visita a Barranquilla, destacó que es la primera ciudad donde se desarrolla el proyecto por fuera del territorio fronterizo con Venezuela y que, a pesar de esto, es estratégica por su ubicación ya que permite la conexión con el resto de la región Caribe a donde espera llegar con sus proyectos.
“No es mi primera visita a Colombia. He venido durante muchos años y la considero como mi segundo hogar. Tenía 2 años sin venir por la pandemia del COVID 19 y es genial volver y ver no solo lo que habíamos creado sino cuánto hemos crecido”, indicó en las instalaciones de Acceso.
El programa de alimentación en Cúcuta, nace en el año 2016 cuando se detectó el aumento de la migración de venezolanos hacia Colombia y la necesidad de apoyarlos durante su llegada. Con aliados como ‘World Central Kitchen’ y la Fundación colombo venezolana Nueva Ilusión, proveen semanalmente 2000 toneladas de productos para la preparación diaria de los alimentos y, hasta la fecha, han entregado 11 millones de comidas.
El empresario, quien ha trabajado a favor de migrantes y refugiados en todo el mundo, no puede ocultar el sentimiento por las condiciones que deben atravesar las personas que abandonan sus hogares en búsqueda de una mejor calidad de vida. Reconoce que a través de Acceso cientos de agricultores haitianos, mexicanos, venezolanos y salvadoreños puedan empoderarse y expandirse.
En el sector de Villa Clarín, ubicado en Sitionuevo – Magdalena, 16 madres cabeza de hogar y quienes en el pasado fueron víctima del conflicto armado, se benefician con este programa. El proceso de selección de las participantes se realizó de la mano con la Fundación Nu3, de quienes reciben acompañamiento psicosocial y asesorías para empoderarse mientras que Acesso se encarga de la dotación, asistencia técnica y comercialización de los productos. Frank Giustra y miembros de la junta de la ONG tuvieron la oportunidad de conocer sus historias de vida y las experiencias desde que forman parte del proyecto de agronegocio además de sus planes a futuro. La granja comunitaria mide una hectárea donde se siembran cebolla blanca y roja, maíz, ahuyama, berenjena y cilantro, todos productos de ciclo corto y de alta demanda en la zona.