María Camila Osorio demostró otra prueba de resiliencia para sacar su boleto a la tercera ronda de un Grand Slam por primera vez en su carrera.
Osorio venía motivada tras su victoria en primera ronda ante la rusa Anna Kalinskaya y buscaba no solo avanzar a la tercera ronda, sino también ganar su quinto partido en la actual edición de Wimbledon (viene de superar la qualy).
Y para ello tenía una rival de mucho cuidado, la también rusa Ekaterina Alexandrova (36º), quien puso en muchos aprietos a Osorio en el inicio del primer set, pero luego la colombiana sacó la garra innata para vencerla por 7-5, 6-2 y así obtener su primer éxito ante una jugadora top 40.
La actual 94 del mundo, que ya acumula cerca de 10 horas en cancha en Londres, tuvo que ser atendida por los médicos de la organización cuando estaba 0-4 abajo y dos quiebres en contra, un momento que terminó siendo crucial para lo que faltaba de encuentro.
“No estaba pensando tanto en el marcador porque yo me sentía jugando bien, los puntos y los games eran muy apretados”, sentenció la colombiana en una emotiva rueda de prensa donde, evidentemente, se notaba incrédula ante lo que había conseguido.
El problema esta vez fue en la espalda, con unos espasmos que no le permitían tener la mejor movilidad. Sin embargo, tras el tratamiento empezó a recuperar las sensaciones y sintió que podía tener chances en el partido. “Desde ese momento supe que lo podía sacar”, apuntó. “He jugado muchos partidos, este es un nivel muy alto y la verdad estoy exigiendo mi cuerpo al máximo. Toca manejarlo (el problema de la espalda) para el siguiente partido. La verdad estoy sorprendida, no sé ni cómo lo he hecho”.
Incluso, la cucuteña tuvo claro que si tenía que retirarse en algún momento, sin dudarlo lo hubiera hecho: “En algún momento dije ‘si esto va a peor, si me siento peor de la espalda, pues paro’. Sentía el músculo tensionado, entonces pensé en retirarme, pero gracias a Dios no fue a peor”.
Para la colombiana la clave también estuvo en mantener la intensidad de los rallies que proponía la europea, jugadora de tiros más profundos, incisivos y que generaban mayor peligro. “Mi idea era empezar a jugar más largo o tratar de abrir con slice para en el siguiente punto tomar la iniciativa. Estaba 0-4 pero tranquila porque jugaba bien y sabía que en algún momento podía quebrar y luego mantener mi saque”.
“También empecé a mantener un poco más los intercambios, a moverla un poco más porque parada ella jugaba excelente. Ella también empezó a fallar más porque al principio la sentía muy sólida: yo tiraba cualquier tiro y ella todas las metía. Eso era complicado. Gracias a Dios mantuve la calma y se pudo sacar otro partido adelante”, sostuvo.
El premio se puede decir que es triple. Camila Osorio alcanza por primera vez la tercera ronda en un Grand Slam, es la segunda colombiana que lo hace en Wimbledon (Isabel Fernández lo logró en 1974) y ahora jugará ante la actual número 4 del mundo y segunda preclasificada del torneo, la bielorrusa Aryna Sabalenka.
“Esto es para lo que uno trabaja (risas) Es un sueño poder jugar ante este tipo de jugadoras, es un premio poder estar donde estoy así que voy a disfrutarlo al máximo. Es una emoción muy grande tener esa oportunidad y quiero dar lo mejor de mí. Como ustedes saben, voy a luchar hasta el final”.