En las calles polvorientas de Lorica, Córdoba, una niña jugaba fútbol descalza, soñando con atajar balones imposibles. Años después, esa misma niña vestiría otro uniforme: el del Esmad. Luz Katherine Tapia cambió el balón por el escudo, y durante cinco años patrulló protestas, custodió caravanas, contuvo disturbios. Pero el llamado del arco siempre estuvo ahí, latiendo fuerte bajo el chaleco antibalas.
Un día decidió hacer lo impensable: colgó el uniforme policial y se lanzó, sin red, a perseguir su verdadero sueño. Se convirtió en arquera profesional, atajó penales históricos en Libertadores, se puso la camiseta de la Selección y ahora brilla en Palmeiras de Brasil.
Luz no solo defiende un arco. Defiende la idea de que los sueños no tienen fecha de vencimiento. Que incluso desde los lugares más duros, se puede parir esperanza.
📍Desde Lorica hasta la élite del fútbol.
🧤De patrullera del Esmad a ídolo bajo los tres palos.
💚 Ella es Luz Tapia: coraje, talento y transformación.
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