La situación de inseguridad en las fincas de Juan de Acosta, Atlántico, se ha vuelto cada vez más preocupante debido a la presencia de delincuentes que han estado azotando a los ganaderos locales. En particular, un reciente incidente ha dejado en evidencia esta problemática: un toro y 9 vacas fueron sacrificadas y descuartizadas de una de las fincas de la región. Estos animales representan no solo una importante inversión para los ganaderos, sino también una fuente de sustento crucial para muchas familias en la zona.

Este incidente refleja la creciente audacia de los delincuentes que operan en el Atlántico, lo que ha generado un clima de temor entre los agricultores y ganaderos locales. La pérdida de ganado no solo impacta económicamente a los afectados, sino que también socava la seguridad alimentaria de la comunidad. Las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos para abordar este problema, pero es evidente que se necesita una acción más decidida y coordinada para poner fin a esta ola de robos que está afectando la tranquilidad de la región.

Los ganaderos de Juan de Acosta enfrentan una lucha constante para proteger sus propiedades y su medio de vida frente a la creciente amenaza de los delincuentes. La comunidad se encuentra a la espera de soluciones efectivas por parte de las autoridades y de medidas que brinden una mayor seguridad en las zonas rurales del Atlántico para salvaguardar tanto su ganado como su bienestar general.