Ibagué respira fútbol. Desde temprano, el Murillo Toro se fue pintando de vinotinto y oro, con la esperanza intacta y la fe puesta en una noche que promete ser histórica. Deportes Tolima recibe a Junior de Barranquilla en el partido de vuelta de la gran final de la Liga BetPlay II-2025, una cita que puede coronar al Tiburón o dar paso a una hazaña inolvidable del equipo pijao.
Junior llega con el viento a favor. El 3-0 conseguido en Barranquilla fue un golpe de autoridad, una demostración de contundencia y jerarquía que dejó a los rojiblancos a un paso de la undécima estrella. José Enamorado, figura rutilante de la ida, vuelve a ser la carta desequilibrante de un equipo que sabe manejar la ventaja, pausar cuando hace falta y golpear en el momento justo.
Pero Tolima no se rinde. Nunca lo hace. En casa, con su gente y empujado por la necesidad, el conjunto dirigido desde el banco pijao saldrá a jugarse el todo por el todo. Necesita una victoria amplia para forzar la épica, y para ello apelará a la intensidad, al juego aéreo, a la presión alta y al corazón que tantas veces lo ha llevado a competir en instancias definitivas.
El ambiente es de final auténtica. Cada balón dividido se jugará como si fuera el último, cada atajada se celebrará como un gol y cada error puede marcar el destino del campeonato. Junior sabe que un tanto suyo puede sentenciar la serie; Tolima entiende que el primer gol es la llave que puede abrir la puerta del milagro.
Cuando el árbitro dé la orden, serán 90 minutos de tensión pura, de nervios, de gritos ahogados y de historia en construcción. Ibagué espera una noche memorable; Barranquilla, una consagración largamente soñada. El fútbol colombiano se detiene: hay campeón en juego.
Foto: @vanexa_romero
Vanessa Romero
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