Las primeras palabras de Manuel Díaz fueron de gratitud hacia su lugar de origen y en general hacia todos los ciudadanos colombianos que formaron parte del proceso de liberación y se unieron en solidaridad.

«En primer lugar, quiero expresar mi agradecimiento a Dios, a la comunidad de Barrancas y a toda Colombia por este valioso respaldo. Les tengo un gran aprecio y pronto tendré la oportunidad de saludarlos y abrazarlos», dijo Mane con una voz firme y clara.

Una vez que el padre del jugador llegó al aeropuerto Alfonso López Pumarejo, en Valledupar, fue sometido a un examen por parte de los funcionarios de las Naciones Unidas. ‘Mane’ Díaz estaba acompañado por el monseñor Francisco Ceballos, obispo de Riohacha, y el monseñor Héctor Henao, representante para las relaciones entre la Iglesia y el Estado, quienes formaron parte de la comisión humanitaria encargada de facilitar su liberación.

Los miembros de las delegaciones humanitarias salieron del aeropuerto de la capital del Cesar en un helicóptero con la matrícula HK-4160 para dirigirse al punto de encuentro designado por la guerrilla del ELN.