#JuniorEsBarranquilla

Barranquilla celebró este 7 de abril un nuevo año de historia, alegría y lucha. Y como si el destino estuviera de fiesta también, su equipo del alma, el Junior, le entregó el mejor regalo: una victoria 1-0 sobre el invicto Independiente Medellín, que ya es parte del recuerdo.

La tarde en el Metropolitano fue más que fútbol. Fue celebración. Fue homenaje. En un solo instante se juntaron pasado, presente y futuro. Al minuto 9, Teófilo Gutiérrez —sí, el mismo que personifica la picardía barranquillera— le robó el balón al arquero rival con la viveza del barrio y se lo sirvió a Carlos Bacca, quien empujó la pelota al fondo de la red como si fuera una promesa cumplida a la ciudad que lo vio nacer.

La celebración no fue cualquier cosa. Bacca, Teo y Paiva recrearon el famoso “trencito” del Junior noventero, justo en el día en que murió Jorge Bolaño, leyenda rojiblanca. Un guiño al cielo, un recuerdo al corazón.

Desde ahí, el partido fue un vaivén de emociones. Medellín se adueñó del balón, pero Junior puso el alma. Mele atajó lo que tenía que atajar, la defensa cerró como si defendiera su casa. Y la gente, como siempre, empujó desde la tribuna con ese grito eterno: ¡Vamos Junior!

No podía haber mejor manera de celebrar el cumpleaños de la Puerta de Oro que con una victoria sufrida, pero sabrosa. Junior llegó a 25 puntos, igual que Millonarios, y se trepó al segundo lugar de la tabla.

El sábado, en Pasto, será la próxima cita. Pero por ahora, que suenen los tambores, porque el Junior volvió a ganar y Barranquilla está de fiesta.

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