Es histórico. El líder de la iglesia en el Mundo, el Papa Francisco llegó este viernes a Bagdad para iniciar una primera visita a Irak como ‘Peregrino de la Paz’, según lo advirtió en su primer discurso.

Asimismo, dijo que tenderá la mano a los musulmanes chiitas en un encuentro con el gran ayatolá Alí Sistani, la máxima autoridad religiosa de esta rama del islam.

La visita del Papa Francisco marca un acontecimiento importante al ser el primer Papa que llega a Irak, donde la comunidad cristiana ha sido golpeada por la persecución, la discriminación y el sufrimiento.

«Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad; como peregrino de paz, en nombre de Cristo, Príncipe de la Paz. ¡Cuánto hemos rezado por la paz en Irak Dios escucha siempre. Depende de nosotros caminar por sus sendas», dijo el Papa en su cuenta de twitter.

Entre 2003 y 2015 murieron asesinados 1.200 cristianos, y 62 iglesias fueron dañadas o destruidas por la ofensiva del Estado Islámico.

Actualmente, el país tiene una población de 38 millones 836 mil habitantes, la mayoría musulmanes (sunitas y chiítas). Los cristianos representan una minoría, articulados en comunidades caldeas, siríacas, armenias, latinas, melquitas, ortodoxas y protestantes. Los católicos son 590 mil fieles, según datos de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia.

Durante esta visita de tres días por varias ciudades, el Papa se encontrará con poca gente para recibirlo, debido a un confinamiento total decretado en el país, donde el número de casos ha batido esta semana un récord desde el inicio de la pandemia, con más de 5.000 contagiados diarios.

El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo, que ha dicho sentirse “enjaulado” en los últimos meses en un Vaticano a cámara lenta por la pandemia, iniciará en vehículo blindado un viaje sin gente, «virtual» para los iraquíes que lo seguirán por televisión, y principalmente por aire. El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden todavía yihadistas del grupo Estado Islámico.

«Sólo si logramos mirarnos entre nosotros, con nuestras diferencias, como miembros de la misma familia humana, podremos comenzar un proceso efectivo de reconstrucción y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor, más justo y más humano», anotó también en twitter.

En las etapas del viaje, se congregarán solo unos centenares de personas, con excepción de la misa del domingo en el estadio de Erbil, en el Kurdistán, en la que participarán varios miles de fieles que han reservado su plaza con antelación. El programa papal es ambicioso e incluye Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Recorrerá 1.445 km en un país que hace solo dos días fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.

Este primer viaje al extranjero en quince meses permitirá al Papa ir al encuentro de una pequeña comunidad de fieles en las «periferias» del planeta, que es lo que más le gusta. Como siempre hace, Francisco empezará con un discurso ante los dirigentes iraquíes. Más allá de las dificultades de seguridad o económicas que sufren los 40 millones de iraquíes, hablarán sin duda del traumatismo adicional de los cristianos.