La construcción del Ecoparque de la ciénaga de Mallorquín alcanzó una etapa decisiva que lo acerca cada vez más a ser una realidad: la instalación de los pilotes, que avanza a buen ritmo, ha permitido que empiece la estabilización de las estructuras sobre las cuales irán las plataformas donde las personas podrán caminar y disfrutar del avistamiento de aves migratorias, así como espectáculos naturales.
 
Estas estructuras palafíticas permitirán explorar la que el alcalde Jaime Pumarejo llama “la esquina más mágica de Colombia”, donde el mar Caribe y el río Magdalena bañan a Barranquilla. 
 
De acuerdo con el mandatario, se estima que dentro de un mes se empiecen a armar las plataformas que soportarán las ciclorrutas y los senderos peatonales que conforman la primera etapa de la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín. 
 
“Lo que estamos haciendo es trabajando para recuperar y reintegrar a nuestro territorio la ciénaga de Mallorquín, un lugar que muchos habían olvidado o no sabían que existía. Ya se han instalado más de 500 pilotes. Aquí tendremos un mirador en altura, zona para hacer deportes náuticos, zona de graderías donde se podrán hacer actividades culturales, entre otros espacios para el goce de las familias”, indicó.
 
Durante la inspección de los trabajos, el mandatario recorrió la majestuosidad y grandeza de este cuerpo de agua en el que se podrán practicar distintas actividades recreativas como paseo en lancha, velero, kayak o kite surf. 
 
“Esta ciénaga será espectacular para este tipo de prácticas. Va a haber bastante recreación náutica. Es algo que no era usual y está solo a 10 minutos de Barranquilla”, aseguró el alcalde, quien estuvo acompañado por el gerente de Ciudad, Carlos Acosta; el gerente de ADI, Alberto Salah, y el secretario de Obras Públicas, Rafael Lafont. 
 
La recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín impulsará el desarrollo del ecoturismo y el conservacionismo, de la mano de la visión de convertir a Barranquilla en la primera biodiverciudad del país, un camino que permitirá la generación de empleo sostenible.
 
El proyecto cubre un área aproximada de 980 hectáreas que abarca toda la ciénaga de Mallorquín, una parte del tajamar occidental, la playa de Puerto Mocho, el corregimiento de La Playa y el barrio Las Flores.