El municipio de Repelón cuenta con 4 mil hectáreas de tierra donde se puede cultivar yuca, plátano, sorgo, tomate, papaya, entre otros productos. Sin embargo, una de las zonas más ricas y aprovechables del departamento se había desperdiciado por la falta de agua, recursos y asistencia técnica.

Es por ello que la administración de la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, le apostó a devolverle la esperanza al campo del Atlántico y poner en marcha una revolución agroindustrial, que busca mejorar las condiciones de vida de 500 familias en Repelón.

“Nuestro compromiso desde un principio, cuando llegamos a la Gobernación, fue devolverle la esperanza al sur del departamento y hemos estado trabajando todos estos meses para cumplir esa gran apuesta. Hoy contamos con un avance de 1.250 hectáreas, entre sembradas y en proceso de siembra, y 126 agricultores que tienen cultivos de limón tahití y palma de aceite. La meta es llegar a 500. Avanzamos en las obras del distrito de riego, ya tenemos el canal revestido de la dársena superior y estamos llegando hasta la caseta de bombeo 12, donde antes solo se llegaba hasta la 8. Los créditos gestionados ante el Banco Agrario para nuestros agricultores suman 23 mil millones de pesos y la asistencia técnica es permanente, para garantizar que esta revolución agroindustrial sea un éxito”, señaló la Gobernadora del Atlántico.

Julio Villa, William Almanza, Luis Pérez, Andrés Blandón, Manuel Pérez, Bridel Castro, Filiberto Solano, Manuel Pernett, Alex Bayuelo y Edwin Muñoz son 10 de los 126 agricultores que hoy se dedican a la siembra de limón tahití y palma de aceite. Todos coinciden en que sus tierras estaban llenas de monte, trupillo, pringamosa y completamente perdidas.

Hoy su realidad es otra, ven con gran optimismo y entusiasmo lo que ante sus ojos crece cada día y están convencidos de que nada de esto sería posible sin un distrito de riego funcionando, sin las condiciones necesarias para la financiación y sin la asistencia técnica. Justamente, sobre estos tres pilares se basa la estrategia ‘El campo a toda marcha’ que actualmente tiene a las tierras de Repelón renaciendo.