El pasado 8 de septiembre, un video que rápidamente se viralizó en redes sociales mostró un acto de violencia que dejó atónitos a miles de usuarios: una mujer empujó con brutalidad a una adulta mayor fuera de un autobús en Boston, Estados Unidos, provocando que la víctima cayera de frente contra el concreto.
Las imágenes, captadas por las cámaras de seguridad del vehículo, evidencian cómo la agresora empuja primero a la víctima hacia la puerta y, acto seguido, la saca con un segundo empujón que la hace desplomarse violentamente sobre el pavimento. La escena, presenciada por varios pasajeros, desató una ola de indignación no solo por la agresión en sí, sino también por la aparente pasividad de algunos testigos en los primeros instantes.
Según informó la policía local, la agresora fue ubicada y arrestada el 18 de septiembre, diez días después del incidente, tras un operativo que incluyó la revisión de los registros de video y testimonios de pasajeros.
A pesar de la brutalidad del golpe, la adulta mayor permaneció consciente y, de acuerdo con los reportes médicos, no sufrió heridas de gravedad. Paramédicos llegaron al lugar unos 20 minutos después y atendieron a la víctima, con el apoyo tanto de algunos pasajeros como del conductor del autobús, quienes colaboraron en la asistencia inicial.
El caso ha reabierto el debate en Boston sobre la seguridad en el transporte público y el papel de los testigos ante hechos de violencia. Autoridades señalaron que la investigación continúa y que la detenida podría enfrentar cargos por agresión y poner en riesgo la vida de una persona vulnerable.
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