Junior de Barranquilla consiguió una victoria clave al imponerse 2-1 sobre Millonarios en el estadio Metropolitano, un triunfo que sirve como bálsamo tras la eliminación en la Copa Sudamericana. Sin embargo, la tensión en la afición sigue latente, con pancartas y cánticos pidiendo la salida del técnico César Farías.
El partido comenzó con intensidad. Apenas a los 2 minutos, Jhomier Guerrero probó con un remate que exigió a Álvaro Montero. Junior tomó la iniciativa y al 6’, una pelota bombeada de Paiva fue conectada de cabeza por Carlos Bacca, pasando cerca del arco embajador. La insistencia rojiblanca tuvo su premio al 10’, cuando Montero intentó eludir a Paiva, perdió el equilibrio y dejó el balón servido para que el paraguayo solo tuviera que empujarlo al fondo de la red.
Pero la alegría no duró mucho. Al 24’, el árbitro sancionó un penal polémico tras un leve empujón de Yeferson Moreno sobre Leonardo Castro. Dos minutos después, Castro engañó a Santiago Mele y marcó el 1-1. Este tanto silenció momentáneamente a la hinchada barranquillera y encendió los nervios en el equipo local.
En la segunda mitad, Junior siguió atacando. Al 46’, Paiva filtró un pase entre líneas a Castrillón, quien sacó un remate cruzado que pasó cerca del arco. Al 64’, Paiva estuvo cerca nuevamente con un cabezazo que Montero desvió al tiro de esquina. Los tiburones no bajaban los brazos y al 80’, Yimmi Chará envió un centro preciso a Didier Moreno, cuyo cabezazo se fue por encima del travesaño.
Cuando el empate parecía inevitable, al minuto 88 llegó la jugada que definió el partido. Teófilo Gutiérrez provocó un penal y ‘Tití’ Rodríguez, quien había fallado desde los doce pasos ante América en la Sudamericana, no desperdició la oportunidad y convirtió el 2-1 con un remate que engañó por completo a Montero.
El gol desató la euforia en el Metropolitano, aunque los cánticos contra Farías no cesaron. A pesar del triunfo, el equipo aún debe mejorar su rendimiento si quiere recuperar la confianza total de su hinchada.