Una escena de película se vivió la noche del martes 22 de julio en Curitiba, Brasil, cuando un tren de carga embistió a un bus biarticulado del sistema de transporte público, partiéndolo en dos. El impresionante accidente ocurrió en la Avenida Paraná, en el barrio Cabral, y dejó once personas heridas, aunque afortunadamente no se reportaron víctimas fatales.
El vehículo, que transportaba unos 25 pasajeros, fue arrollado mientras cruzaba las vías del tren. De acuerdo con las autoridades, el conductor del bus habría ignorado las señales de advertencia. Aunque el tren activó su bocina y aplicó los frenos de emergencia, no logró detenerse a tiempo debido al peso y la velocidad.
La fuerza del impacto partió el bus en la sección del fuelle (o acordeón), dividiéndolo en dos y dejando escombros esparcidos por la vía. Videos de cámaras de seguridad muestran cómo algunos pasajeros lograron descender segundos antes del choque.
Uno de los ocupantes, Maurício Golinsqui, relató que estuvo a punto de morir: “Me quedé con las dos piernas afuera del bus, mirando el tren pasar a centímetros. Pensé que había muerto”, dijo a medios locales.
Los once heridos fueron trasladados a centros asistenciales y se encuentran fuera de peligro. La empresa de transporte público y la policía local iniciaron una investigación para esclarecer las responsabilidades y revisar los protocolos de seguridad en los cruces ferroviarios.
El accidente ha generado un debate nacional sobre la necesidad de reforzar la señalización y los controles en zonas de alto riesgo.
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