La mundialmente famosa artista colombiana Shakira compareció ante un tribunal español, enfrentando acusaciones de evasión fiscal por cerca de 14,5 millones de euros. A pesar de que la Fiscalía solicitó hasta tres años de prisión, la cantante de Barranquilla llegó a un acuerdo para cerrar el proceso, comprometiéndose a abonar 7,3 millones de euros.

La decisión de Shakira de admitir su culpabilidad se fundamenta en su deseo de priorizar su carrera y la estabilidad de sus hijos. Aunque sus abogados estaban confiados en un resultado favorable en juicio, la artista sintió que debía elegir entre «pelear e hipotecar su tranquilidad y la de sus hijos» o «pactar y cerrar ese capítulo en su vida». Con determinación, optó por la segunda alternativa.

A pesar de sentirse lista para defender su inocencia en el juicio, Shakira reflexionó sobre la importancia de recuperar su tiempo y evitar que la batalla legal afectara su capacidad para disfrutar de su carrera y vida personal. Subrayó que, para ella, el triunfo no justifica perder años de vida en una lucha legal prolongada.

La influencia más significativa en la decisión de la cantante fueron sus hijos, Milán y Sasha, quienes le pidieron que resolviera la situación para evitarles la angustia de ver a su madre en un juicio penal. Shakira compartió que la batalla más crucial para ella en este momento es asegurar que sus hijos vivan una vida plena y libre de tensiones legales.

En un mensaje más amplio, Shakira abordó la necesidad de revisar el sistema legal español, destacando la realidad de aquellos que carecen de recursos para una defensa adecuada y que ven cómo sus vidas se desgastan en disputas fiscales que podrían resolverse de manera menos adversa. Manifestó su compromiso de ser una aliada en la búsqueda de reformas en beneficio de los ciudadanos.

En resumen, Shakira asume las consecuencias legales, elige cerrar este capítulo mediante un acuerdo financiero y destaca la importancia de recuperar su tiempo y la felicidad de sus hijos en medio de desafíos fiscales y legales.