El fenómeno japonés Shohei Ohtani volvió a desafiar la lógica del béisbol con una actuación que ya se inscribe en los libros de historia. En el cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, el astro de los Dodgers lanzó seis entradas impecables, ponchó a diez bateadores y conectó tres jonrones, convirtiéndose en el primer pelotero en lograr semejante hazaña en la postemporada de las Grandes Ligas. Con su brillante actuación, selló la barrida 4-0 ante los Milwaukee Brewers y el regreso de Los Ángeles a la Serie Mundial.

El premio al Jugador Más Valioso de la NLCS 2025 fue apenas una consecuencia de su dominio absoluto. A los 31 años, Ohtani no solo es la cara del béisbol moderno, sino también una figura que desafía las fronteras del tiempo y la comparación. Su capacidad para lanzar y batear con excelencia recuerda inevitablemente a Babe Ruth, el mito que a inicios del siglo XX cambió para siempre el juego.

La pregunta que hoy se hacen fanáticos y analistas es si Ohtani ya puede sentarse en la misma mesa que el “Bambino”. Los números dicen que sí: múltiples premios MVP, temporadas históricas y un impacto global sin precedentes. Pero más allá de las estadísticas, lo que lo acerca a Ruth es su condición de fenómeno irrepetible, un jugador que reescribe las reglas del béisbol en cada aparición.

Quizás aún falten años y títulos para declararlo el mejor de todos los tiempos, pero su nombre ya está grabado junto al de Ruth, Aaron o Mays. Shohei Ohtani no solo juega béisbol: lo reinventa, y cada lanzamiento y jonrón amplían su leyenda en un deporte que creía haberlo visto todo.

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