El Real Madrid ha asegurado su 36ª Liga en toda su historia tras una temporada dominante. En la jornada 35, el equipo blanco venció al Cádiz en el Santiago Bernabéu (3-0) y aguardó el tropiezo del Barcelona ante el Girona, lo que permitió el regreso del título a Chamartín después de dos años.
Bajo la dirección de Carlo Ancelotti, el Madrid se posicionó en lo más alto de la tabla desde la jornada ocho y mantuvo el liderato de manera sólida. Su única derrota en el campeonato ocurrió en septiembre ante el Atlético de Madrid, mientras que solo registró seis empates. Con 74 goles a favor y solo 22 en contra, el equipo se destacó como el más goleador y el menos goleado del torneo.
El éxito de esta Liga se atribuye en gran parte a Ancelotti, quien logró mantener al equipo unido y motivado a pesar de las lesiones de jugadores clave como Eder Militao y Thibaut Courtois. Otros jugadores también enfrentaron períodos de lesiones a lo largo de la temporada, incluyendo a Vinicius, Bellingham, Tchouaméni y Camavinga.
Ante las dificultades defensivas, Ancelotti tomó decisiones audaces, como la inclusión de Tchouaméni y Carvajal como pareja de centrales en partidos cruciales.
El rendimiento destacado de jugadores como Lunin, Carvajal, Kroos, Rüdiger, Vinicius, Rodrygo y Valverde, así como la adaptación exitosa de los recién llegados y la segunda unidad, contribuyeron significativamente al éxito del Madrid en esta temporada. Sin embargo, el jugador más destacado del campeonato fue Jude Bellingham, cuya adaptación rápida y actuaciones destacadas en la primera vuelta fueron fundamentales para el equipo.
La ausencia de Benzema llevó a Ancelotti a modificar el sistema táctico para incluir a Bellingham en la mediapunta, con Vinicius y Rodrygo como delanteros principales, respaldados por Joselu y Brahim desde el banquillo.
En resumen, el Real Madrid logró su título número 36 gracias a un rendimiento sólido, una gestión inteligente del equipo por parte de Ancelotti y el destacado desempeño de jugadores clave a lo largo de la temporada.