El 29 de julio de 2024, miles de venezolanos salieron a las calles para protestar después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) confirmara la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales. La oposición ha acusado de fraude y varios sectores de la comunidad internacional también han expresado sus dudas sobre la legitimidad del proceso electoral.

Las manifestaciones se registraron este lunes en Caracas, la capital, y en diversas zonas del país. En la madrugada, Maduro fue proclamado ganador por el CNE para un tercer período como mandatario, que abarcará de 2025 a 2030. El organismo electoral adelantó los resultados el domingo, cuando su presidente, Elvis Amoroso, indicó que el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tenía una ventaja «irreversible» frente a Edmundo González, su principal contendor.

En las redes sociales se han difundido numerosos videos que muestran a los manifestantes gritando consignas contra Maduro. Las imágenes revelan a ciudadanos cerrando avenidas y quemando neumáticos en sectores populares que tradicionalmente habían sido bastiones electorales del oficialismo.

La situación en Venezuela sigue siendo tensa, con un clima de incertidumbre política y social. Las protestas reflejan el descontento de una parte significativa de la población que rechaza los resultados electorales y demanda transparencia y justicia en el proceso. La comunidad internacional observa de cerca los acontecimientos, preocupada por el posible deterioro de la estabilidad en el país sudamericano.

El gobierno de Maduro, por su parte, ha hecho un llamado a la calma y ha instado a la población a respetar los resultados anunciados por el CNE. Sin embargo, la oposición sigue firme en su postura de desconocer el triunfo de Maduro y ha convocado a nuevas movilizaciones en los próximos días. La confrontación entre ambos bandos plantea un escenario incierto para el futuro inmediato de Venezuela.