El Presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a los recientes actos de violencia en la región del Catatumbo, los cuales calificó como “crímenes de guerra”. «El ELN no tiene ninguna voluntad de paz», enfatizó el mandatario.
La decisión se produjo tras una carta enviada por alcaldes de la región, quienes denunciaron enfrentamientos entre el ELN y disidencias de las FARC que dejaron múltiples víctimas, incluidas al menos cuatro firmantes del acuerdo de paz. Los mandatarios locales alertaron que esta situación había sido advertida previamente al Gobierno.
Los alcaldes de Ábrego, Tibú y otros municipios del Catatumbo solicitaron a Petro cuatro medidas urgentes: la creación de un corredor humanitario para evacuar heridos y recuperar cadáveres, atención integral a las víctimas debido a la falta de recursos locales, un acuerdo para disminuir la intensidad del conflicto y la ejecución inmediata de proyectos acordados en el Pacto Social para la Transformación Territorial del Catatumbo.
La violencia se desató el jueves entre el ELN y el Estado Mayor Central (EMC), resultando en la muerte de varias personas. Mientras la ONU informó inicialmente de cinco firmantes de paz asesinados por el ELN, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) confirmó cuatro víctimas.
Además, la madrugada del viernes, un atentado con explosivos atribuido al ELN en Pelaya, Cesar, dejó siete policías heridos, miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOES). Los uniformados fueron trasladados a centros asistenciales en Aguachica.
La crisis evidencia la fragilidad de los acuerdos de paz y la necesidad de acciones inmediatas para salvaguardar a la población civil y restaurar la estabilidad en estas regiones afectadas por el conflicto armado.