La Copa Mundial Sub-17 de Qatar 2025 dejó una de las historias más humanas y virales del torneo: la inesperada y profunda amistad entre las selecciones de **México** y **Japón**, un vínculo que nació en los pasillos del hotel de concentración y terminó convirtiéndose en símbolo de unión, respeto y compañerismo internacional.
Todo comenzó cuando ambos combinados quedaron hospedados en el mismo hotel. Entre comidas, entrenamientos y espacios comunes, los jugadores empezaron a convivir de forma natural, hasta generar una conexión que rápidamente trascendió la competencia. Lo que siguió fueron escenas que dieron la vuelta al mundo: pasillos de aplausos, celebraciones compartidas y muestras de apoyo entre dos equipos que, aunque representaban culturas distintas, encontraron un punto en común en la camaradería juvenil.
Uno de los momentos más comentados ocurrió cuando **México logró su pase a los dieciseisavos de final**: los futbolistas japoneses esperaron a los mexicanos en el lobby y festejaron con ellos como si se tratara de un logro propio. Videos de abrazos, gritos y aplausos se hicieron virales en Instagram y generaron miles de reacciones alrededor del mundo.
La relación tomó aún más fuerza gracias a la amistad personal entre **Félix Contreras**, defensa mexicano, y **Shuji Muramatsu**, capitán y portero japonés, quienes coincidieron en categorías juveniles en Estados Unidos. Muramatsu, que habla español y tiene fuertes vínculos con la comunidad mexicana en Los Ángeles, se convirtió en un puente natural entre ambas delegaciones.
Días después, la escena se repitió al revés: México realizó un pasillo de aplausos para recibir a Japón tras su participación en el torneo. Finalmente, la despedida entre ambas selecciones —con intercambio de camisetas, regalos y mensajes emotivos— selló uno de los lazos más recordados en la historia reciente del fútbol juvenil.
El Mundial Sub-17 no solo dejó goles y clasificación: también dejó una lección de convivencia. En un deporte donde la presión y la rivalidad suelen ser protagonistas, México y Japón demostraron que la amistad puede ser el mejor resultado.
