#CrimenDeGuerra#StopRussianTerror

Una nueva tragedia sacudió a Ucrania la madrugada del lunes, cuando Rusia lanzó un devastador ataque con drones y misiles sobre zonas residenciales de varias ciudades, principalmente en Kiev. El saldo, hasta el momento, es de al menos 14 muertos, entre ellos un ciudadano estadounidense de 62 años, y más de 100 personas heridas.

El ataque, descrito por las autoridades como uno de los más feroces del año, incluyó más de 440 drones Shahed y 32 misiles, dirigidos contra viviendas, hospitales y edificios civiles. En Kiev, un edificio de nueve pisos quedó parcialmente destruido en el distrito de Solomianskyi, mientras decenas de familias quedaron atrapadas bajo los escombros. Las imágenes son desoladoras.

El presidente Volodímir Zelenski condenó el ataque calificándolo de “terrorismo deliberado” y exigió una respuesta firme de la comunidad internacional. “Rusia demuestra una vez más que no tiene límites. No se trata de una operación militar, es una masacre”, afirmó.

La defensa antiaérea ucraniana logró interceptar varios artefactos, pero no fue suficiente ante la magnitud del bombardeo. Equipos de rescate aún trabajan en las zonas afectadas buscando sobrevivientes y recuperando cuerpos.

La muerte del ciudadano estadounidense ha generado gran atención internacional. La embajada de EE. UU. en Kiev confirmó la identidad de la víctima y expresó su profundo pesar, reafirmando su respaldo al pueblo ucraniano. Gobiernos como el de Reino Unido y Canadá anunciaron nuevas sanciones contra Rusia tras la ofensiva.

Mientras tanto, Ucrania sigue exigiendo más defensa aérea y sanciones más duras contra el Kremlin. El ataque ocurre en medio de la cumbre del G7, donde el tema ucraniano domina la agenda.

La guerra continúa, pero también la resistencia.
#UcraniaResiste#NoMásSilencio