En el barrio Alfonso López se registró un caso de hurto que parece sacado de una comedia de enredos. Un ciudadano denunció el robo de su motocicleta, pero lo curioso del hecho es que el presunto ladrón, antes de marcharse, intentó hacer lo correcto.
De acuerdo con testigos, el vehículo había quedado estacionado con las llaves puestas, como si estuviera invitando a cualquiera a llevárselo. El hombre que pasó por el lugar, en un gesto poco habitual, intentó devolverlas: buscó al propietario y trató de dar aviso. Sin embargo, al no obtener respuesta, decidió que el silencio era consentimiento y terminó encendiendo la moto para llevársela.
La historia se volvió tema de conversación en el sector y en redes sociales, donde muchos se preguntan si fue un robo con todas las de la ley o una “oportunidad mal aprovechada” por el dueño. Para algunos vecinos, lo ocurrido demuestra cómo la imprudencia abre la puerta al delito; para otros, el protagonista del hecho simplemente se dejó tentar por la ocasión.
Las autoridades ya adelantan investigaciones para ubicar al responsable, mientras llaman a los ciudadanos a extremar medidas de seguridad y no dejar “tentaciones” al alcance de extraños. Entre tanto, el propietario del vehículo pide justicia y reconoce que el descuido fue el primer error que dio inicio a la particular historia.
El barrio Alfonso López suma así un nuevo capítulo a la lista de hurtos, aunque este, por lo inusual, deja más preguntas que respuestas: ¿hubo robo, exceso de confianza o simplemente la ocasión hizo al ladrón?
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