Eran las 2:26 de la madrugada cuando el joven regresaba a casa, descendió del vehículo. Iba a su casa en el barrio La Pradera, cuando notó una figura femenina sentada en la acera, justo frente a una casa con cámara de seguridad. Era una mujer que parecía tranquila, pero fuera de lugar, preguntando por un chico al que su interlocutor reconoció.
El joven miró a su alrededor, extrañado. No había nadie más en la calle, pero algo en la voz de la mujer lo hizo responder con cortesía.
El joven solidario señaló la casa, ubicada a unos pocos metros más adelante. La ayudó a ponerse de pie y caminaron hasta la puerta. La vio entrar .
Convencido de haber cumplido con un acto de buena fe, siguió su camino y se fue a dormir.
A la mañana siguiente, haciéndole seguimiento a la mujer a la que acompañó, le preguntó a la vecina sobre la dama que había entrado a su casa esa madrugada.
“ Nadie entró esta noche”, respondió la vecina.
El muchacho la describió, la vecina a los segundos con una foto : “¿Era ella?”.
El solidario joven lo confirmó. Era la misma mujer de la madrugada.
La vecina contestó: es la mamá del joven por el que la mujer preguntaba en la madrugada “ella falleció hace años”:
Este joven sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Ahora no quiere caminar por su cuadra de toda la vida.
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