Diciembre vuelve a asomarse con su brillo en Barranquilla, y para Junior, este mes siempre trae consigo la promesa de un renacimiento. Como aquel diciembre del 2023, cuando la estrella número diez adornó el árbol rojiblanco, este año el equipo vuelve a soñar con cerrar el año en lo más alto. Pero, al igual que en las mejores historias navideñas, el camino está lleno de pruebas y fe.
El golpe sufrido ante Once Caldas dejó tambaleante al equipo y a su hinchada. El 2-1 en casa parecía apagar la chispa de la ilusión, pero diciembre, con su magia, tiene otra historia por contar. Junior todavía respira y, aunque la esperanza esté atada a otros resultados, el espíritu navideño invita a creer. Este miércoles, el Metropolitano se vestirá de fiesta para recibir al Deportes Tolima en un partido donde no hay margen de error. Ganar es el único regalo posible para seguir soñando.
La fe de la hinchada no flaquea. Ayer, las barras organizaron un banderazo frente al hotel Dann Carlton. Con cánticos y banderas, llenaron de ánimo a los jugadores, recordándoles que diciembre no solo es un mes de finales, sino de nuevos comienzos. “Podemos volver a nacer”, parecen decir los corazones rojiblancos que sueñan con repetir el milagro de hace un año.
El técnico César Farías y su equipo saben que el desafío es monumental. Sin Nicolás Zalazar, quien cumplirá suspensión, Howell Mena ocupará su lugar. La clave será repetir la intensidad que mostró el equipo en el primer tiempo contra Once Caldas y corregir los errores que costaron caro. La Navidad del fútbol barranquillero depende de su garra y efectividad.
Si el 2023 fue una estrella en el firmamento rojiblanco, el 2024 busca escribir su propio capítulo. En diciembre, todo es posible. Entre villancicos y plegarias, Junior quiere renacer y regalarle a su hinchada una nueva razón para celebrar.