El portero atajó dos penales y evitó que el Tiburón quedara fuera de la Copa Colombia frente a Atlético de Cali

Jefersson Martínez se vistió de héroe en el Pascual Guerrero. El arquero del Junior fue decisivo en la tanda de penales al detener dos cobros y garantizar la clasificación del Tiburón a los cuartos de final de la Copa Colombia, en una noche que pudo terminar en catástrofe.

El partido fue un suplicio para los barranquilleros. Atlético de Cali, un club de segunda división, aprovechó los errores defensivos rojiblancos y se impuso 2–0, mismo marcador que Junior había logrado en Barranquilla. La serie quedó igualada y el equipo de Alfredo Arias volvió a mostrar su peor cara: desorden en defensa, poca generación en el medio y ausencia de peso ofensivo.

En ese contexto crítico, Martínez mantuvo con vida a los suyos con una intervención clave en el tiempo reglamentario y se convirtió en figura en la definición desde los doce pasos. El guardameta atajó los remates de Gabriel Erazo y Juan Farías, mientras que Stiwart Acuña, Bryan Castrillón, ‘Titi’ Rodríguez y Edwin Herrera no fallaron para sellar el 4–1 que dio el pase a la siguiente fase.

Más allá del alivio por la clasificación, las dudas sobre el funcionamiento del Junior persisten. Ya había sufrido en la fase anterior contra Atlético Huila y repitió la angustia ante otro rival de categoría inferior. El rostro serio de Arias tras el pitazo final reflejó la preocupación: su equipo no convence y depende demasiado de la inspiración de su arquero.

El próximo rival de Junior saldrá del duelo entre América de Cali y Atlético Bucaramanga. Por ahora, el Tiburón sigue en carrera, pero lo hace gracias a la figura de un guardameta que se negó a la eliminación y sostuvo, con sus manos, las aspiraciones del club.

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