Un inusual accidente se registró este jueves en la mañana en la calle 79 con carrera 52 de Barranquilla, luego de que varias losas de la vía se hundieran debido a las intensas lluvias de la madrugada. El enorme hueco que se abrió en plena calzada atrapó a dos vehículos que transitaban por la zona, generando caos en la movilidad y un fuerte debate ciudadano sobre la calidad de las recientes intervenciones hechas en esa arteria vial por la Alcaldía.
Aunque no se reportaron heridos, la escena generó indignación entre conductores y residentes, quienes recordaron que la vía había sido objeto de trabajos de reparación hace pocos meses. “¿De qué sirvió la obra si con la primera lluvia se viene abajo?”, cuestionó un transeúnte que presenció el hundimiento.
La emergencia, que obligó al cierre del tramo, dejó en evidencia las falencias en la planeación y supervisión de los contratos de obra pública. Varios habitantes denunciaron que ya se habían observado grietas y filtraciones en el pavimento, sin que se tomaran correctivos. El temor ahora es que otras calles de la ciudad, intervenidas en el mismo periodo, presenten problemas similares.
Al lugar llegaron operarios de la Secretaría de Obras Públicas para evaluar la magnitud del daño. La administración distrital informó que se realizarán reparaciones de emergencia, pero la ciudadanía exige respuestas claras sobre los responsables de una obra que no resistió ni una temporada de lluvias.
El incidente revive un viejo debate en Barranquilla: la calidad de los materiales usados en las vías y la falta de controles efectivos en la ejecución de proyectos. Vecinos señalan que el socavón pudo haber tenido consecuencias trágicas si afectaba a un bus de transporte público o a una motocicleta con pasajeros.
La preocupación se mantiene: mientras no se fortalezcan los procesos de planeación y control, los barranquilleros seguirán enfrentando riesgos cada vez que la lluvia ponga a prueba sus calles.
