En una tragedia que ha conmocionado a Estados Unidos, el Gobierno condenó el asesinato de un niño de ascendencia palestina y estadounidense ocurrido el pasado fin de semana en Illinois.
El crimen, caracterizado como un acto de odio, tuvo lugar en medio del conflicto entre Israel y Hamás, según el agresor.
El niño, identificado como Wadea Al-Fayoume, de seis años, será enterrado siguiendo el rito musulmán. El sábado pasado, fue apuñalado 26 veces, mientras que su madre sufrió 12 puñaladas y se encuentra en estado crítico.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, expresó sus condolencias y deseó una pronta recuperación a la madre. El Departamento de Justicia ha iniciado una investigación del suceso como un crimen de odio.
El presidente Biden también se pronunció condenando el «horrible acto de odio», subrayando que no tiene lugar en Estados Unidos. Hizo hincapié en la defensa de la libertad y se comprometió a combatir la islamofobia y otros tipos de odio, extendiendo su apoyo a las comunidades palestina, árabe y musulmana.
El supuesto autor del crimen, un hombre de 71 años y propietario de la vivienda donde vivían las víctimas, ha sido detenido y acusado de asesinato y delito de odio. El niño fue apuñalado repetidamente en todo su cuerpo, mientras que la madre sufrió múltiples heridas.
Aunque el agresor se niega a proporcionar información sobre su motivo, las autoridades concluyen que el ataque fue motivado por la religión musulmana de las víctimas y la guerra en curso entre Israel y las milicias palestinas de Gaza, especialmente el grupo Hamás. El caso destaca la importancia de abordar el odio y la violencia sin sentido en Estados Unidos