El regreso de Teófilo Gutiérrez al Junior no tuvo el desenlace esperado. Luego de casi cuatro años, volvió a pisar el césped del Metropolitano con la ilusión intacta y el deseo de reencontrarse con su gente. Pero el fútbol, como la vida, a veces tiene otros planes.

“Son cosas de la vida, del fútbol, muy contento por la vuelta, por el recibimiento de la gente, la familia y esta institución que me dio todo”, expresó Teo con la emoción reflejada en su rostro. Aunque Junior cayó 2-1 ante Envigado, la ovación de la hinchada lo hizo sentir en casa.

El minuto 14 del segundo tiempo marcó su reencuentro con la cancha. Reemplazó a Bryan Castrillón y desde su primer toque intentó contagiar a sus compañeros con su fútbol. Cantó el gol de Carlos Bacca como un hincha más, abrazó a César Farías con la euforia del momento y correspondió con aplausos cuando la afición coreó su nombre. Pero el destino le tenía preparada una noche agridulce.

Junior no logró reponerse de los goles tempraneros de Envigado, y aunque en el segundo tiempo tuvo opciones de empatar, la falta de contundencia le pasó factura. “Nos faltó un poco de contundencia y de sociedades, que tuvimos al final, pero no nos alcanzó”, analizó Teo con sinceridad.

A pesar del golpe, su espíritu sigue firme. Sabe que los desafíos hacen parte del camino y confía en que el equipo encontrará su mejor versión. “Hay que seguir trabajando y mejorando. Vienen partidos muy importantes, donde de local tenemos que hacernos fuertes”, afirmó con convicción.

El regreso no fue perfecto, pero para Teo cada partido es una oportunidad de crecimiento. “Creo que esto nos sirve para alzar la cabeza, levantar el ánimo y estar todos unidos”, concluyó. La historia sigue y él está listo para escribir un nuevo capítulo con Junior.

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