Durante una aparición pública en el Vaticano, el papa León XIV sorprendió a los fieles al lucir una gorra de los Medias Blancas de Chicago, equipo del cual es un ferviente seguidor. La escena, tan poco convencional como entrañable, ha dado la vuelta al mundo como un ejemplo de que la pasión por el béisbol no se queda fuera del trabajo… ni siquiera en la Santa Sede.
Desde que asumió el papado hace poco más de un mes, León XIV ha dejado ver su estilo relajado y sus raíces bien marcadas. Nacido en Chicago, el Sumo Pontífice ha seguido a los Medias Blancas desde joven, e incluso asistió a la histórica Serie Mundial de 2005, donde el equipo logró su más reciente campeonato.
La aparición de la gorra coincidió casualmente con el juego del miércoles entre los Medias Blancas y los Astros de Houston, una reedición de aquella misma Serie Mundial. Tal vez fue una forma de mostrar apoyo desde la distancia, o simplemente un toque de nostalgia.
La elección no pasó desapercibida para la organización del equipo. Los Medias Blancas, que a inicios de año inauguraron un mural en su estadio en honor al nuevo papa, podrían verse tentados a incluir ahora una imagen con su clásica sotana blanca y la gorra negra del equipo.
León XIV ha demostrado que no hay uniforme que no combine con la pasión beisbolera. Y si alguien puede imponer estilo con fe y deporte, es él.