La última fecha de las Eliminatorias Sudamericanas tendrá un duelo cargado de tensión y contrastes. Colombia, ya con el boleto asegurado al Mundial 2026, se enfrenta este martes a Venezuela en Maturín, donde la Vinotinto se juega su última carta para acceder al repechaje intercontinental.
El choque llega con un condimento especial: los dirigidos por Néstor Lorenzo serán jueces de la ilusión venezolana. Mientras la Tricolor disfruta de una campaña sólida que la devolvió a la élite, su rival necesita con urgencia sumar de a tres para no depender de otros resultados. Para Venezuela, un triunfo podría significar la posibilidad de escribir una página inédita en su historia futbolística: pelear en un repechaje el acceso a su primer Mundial.
Colombia, sin la presión de la clasificación, encara el duelo con la posibilidad de darle minutos a jugadores que no tuvieron protagonismo en partidos anteriores. Sin embargo, la misión va más allá de la rotación: mantener el invicto y seguir consolidando la idea de juego que ha devuelto la confianza al plantel. Luis Díaz, figura en la ofensiva, y la experiencia de James Rodríguez o Juan Fernando Quintero podrían ser determinantes para marcar la diferencia.
Del otro lado, la Vinotinto deposita su fe en la veteranía de Salomón Rondón y en la seguridad de Wilker Ángel en defensa. La necesidad es máxima: Venezuela no ha vencido a Colombia en sus últimos nueve enfrentamientos y llega obligada a romper esa estadística si quiere mantener vivo su sueño.
El historial, la presión del público y la urgencia competitiva convierten a este partido en una auténtica final para los locales. Colombia, en cambio, tendrá el papel de juez, con la posibilidad de arruinar o permitir que Venezuela acaricie la gloria de un repechaje mundialista.
El pitazo inicial será a las 6:30 p.m. en el estadio Monumental de Maturín. Todo un país estará pendiente: uno ya clasificado y otro aferrado a la esperanza.
