La fiesta por la primera Champions del equipo parisino terminó empañada por disturbios, saqueos y enfrentamientos con la policía.
#CaosEnParís
La euforia por la histórica victoria del París Saint-Germain en la final de la Champions League se convirtió en una noche de tensión, violencia y represión en las calles de París. Aunque miles salieron a celebrar pacíficamente el triunfo 5-0 sobre el Inter, una parte de la ciudad se vio sacudida por disturbios que dejaron un saldo de más de 180 detenidos y varios vehículos incendiados.
Desde antes de que finalizara el primer tiempo, la policía comenzó a intervenir en los Campos Elíseos, donde se habían concentrado centenares de aficionados. Aunque la emblemática avenida fue blindada desde la tarde como parte de un amplio operativo de seguridad, no se logró evitar el caos. Hubo cargas policiales, saqueos en tiendas cerradas, coches quemados y lanzamiento de objetos contundentes.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, condenó con dureza los hechos y denunció la presencia de “bárbaros” con intenciones violentas. “No vinieron por el fútbol, vinieron a causar daño”, dijo. La prefectura de policía informó que los detenidos fueron sorprendidos con objetos peligrosos, mientras intentaban cruzar el Periférico, la autopista de circunvalación de la ciudad.
La situación obligó a cerrar una decena de estaciones de metro y a pedir a los ciudadanos que evitaran llamar a los servicios de emergencia, salvo por motivos graves. “Es inaceptable que una celebración nacional termine bajo el humo de autos ardiendo”, lamentó un portavoz de los bomberos.
Mientras el equipo de Luis Enrique celebraba a miles de kilómetros, en Múnich, París vivía una escena repetida: alegría popular desbordada por un puñado de violentos. Las autoridades habían desplegado más de 5.400 agentes, pero no bastó para contener los disturbios.
Este domingo, el equipo campeón será recibido por el presidente Emmanuel Macron en el Palacio del Elíseo, mientras la ciudad aún huele a humo y tensión.