La compañía japonesa Toyota sorprendió al mundo con la presentación de un mini auto eléctrico autónomo diseñado especialmente para niños, una propuesta que combina tecnología avanzada con una visión futurista de la movilidad.

El prototipo, que parece salido de una película de ciencia ficción, puede moverse sin conductor, reconocer rutas seguras, frenar ante obstáculos y comunicarse con otros vehículos cercanos. Está pensado para trayectos cortos, como el camino al colegio o actividades en el vecindario, y busca promover la independencia infantil dentro de un entorno controlado.

El vehículo integra inteligencia artificial, sensores LIDAR y sistemas de visión computarizada, lo que le permite “ver” su entorno y reaccionar ante imprevistos con rapidez. Según Toyota, su meta es avanzar hacia una “movilidad para todas las edades”, donde incluso los más pequeños puedan desplazarse de manera segura sin depender de un adulto al volante.

Sin embargo, la idea ha generado debate. Mientras algunos expertos celebran el avance tecnológico y el potencial educativo de enseñar seguridad vial desde temprana edad, otros advierten sobre los riesgos de autonomía total en usuarios tan jóvenes, especialmente en entornos urbanos complejos.

Toyota aún no ha anunciado fecha de lanzamiento ni costo estimado, pero el proyecto refuerza su apuesta por la innovación en movilidad inteligente y sustentable, con miras a un futuro en el que la conducción humana podría volverse opcional.

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