La ciudad de Los Ángeles se vistió de azul este lunes para celebrar el nuevo título de Serie Mundial de los Dodgers, campeones tras una vibrante victoria en el Juego 7 frente a los Toronto Blue Jays. Miles de fanáticos llenaron las calles del centro angelino para acompañar el desfile del equipo, que recorrió Temple Street, Grand Avenue, 7th Street y Figueroa Street, antes de culminar con un acto multitudinario en el Dodger Stadium.
Los jugadores saludaron desde autobuses de dos pisos entre confeti, cánticos y banderas ondeando. “Esto es por ustedes, por cada fanático que creyó en nosotros”, expresó Mookie Betts, uno de los más ovacionados. El momento más emotivo llegó cuando Shohei Ohtani, visiblemente emocionado, agradeció al público en inglés y prometió luchar por un histórico three-peat, es decir, un tercer título consecutivo.
Sin embargo, quien se robó el corazón de los aficionados fue el MVP de la Serie Mundial, Yoshinobu Yamamoto, al abrir su discurso con un saludo en español: “¡Buenas tardes!”, dijo con una sonrisa, desatando una ovación en el estadio.
La celebración continuó con música, fuegos artificiales y discursos del cuerpo técnico y jugadores, mientras el trofeo se alzaba ante 50 mil asistentes. Las entradas para el evento se agotaron en pocas horas, reflejando la pasión que vive la ciudad por su equipo.
Pese a algunos festejos desbordados durante la noche anterior, las autoridades reportaron una jornada pacífica en general. Los Dodgers consolidan así su estatus como una de las dinastías más exitosas del béisbol moderno, y Los Ángeles vuelve a teñirse de azul.
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