Nuevos indicios judiciales dieron un giro en la investigación por el asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. La Fiscalía reveló que el ataque fue planificado mediante un grupo de WhatsApp denominado “plata o plomo”, creado para seguir de cerca los movimientos del dirigente político, incluyendo su lugar de residencia, vehículo y actividades cotidianas.
De acuerdo con los testimonios presentados en la audiencia contra Harold Daniel Barragán Ovalle, alias “Harol”, las videollamadas grupales fueron la herramienta principal para coordinar el magnicidio. En esas conexiones, los implicados analizaban los recorridos de Uribe y compartían en tiempo real información de inteligencia.
Alias “Harol”, séptimo capturado en el caso, confesó haber tenido un papel clave en la logística: fue el encargado de modificar la pistola Glock utilizada en el ataque, adaptándola para disparar en ráfaga, lo que aumentó de manera significativa su poder de fuego. Además, habría participado en la contratación del menor de 15 años que ejecutó el atentado y en los seguimientos previos junto a alias “El Costeño”.
La investigación también arrojó que las balas empleadas fueron alteradas con recubrimientos de bronce y latón para causar mayor daño en el cuerpo de la víctima. Estos detalles evidencian la minuciosa preparación detrás del crimen que conmocionó al país.
Aunque ya son siete los capturados, incluyendo al autor material, la Fiscalía aún no ha identificado al autor intelectual del magnicidio. El caso sigue bajo reserva por la magnitud política y criminal de los hallazgos, mientras crece la presión nacional e internacional para esclarecer quién ordenó la muerte de Uribe Turbay.
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