Donald Trump lo ha vuelto a hacer. Esta vez, el expresidente y candidato republicano decidió ampliar su famosa guerra comercial, pero no contra China ni la Unión Europea, sino contra… ¡un par de islas deshabitadas del océano Índico! Sí, Heard y McDonald, un archipiélago australiano donde los únicos residentes son focas y pingüinos, han sido incluidos en la lista de países castigados con un arancel del 10 %.
La medida ha generado sorpresa, risas y preocupación entre los ecologistas, que temen que los pingüinos emperador tengan que empezar a pagar impuestos por cada sardina importada. Un portavoz del Gobierno australiano confirmó la noticia con cierto desconcierto: “Las islas están inhabitadas por humanos y son uno de los lugares más vírgenes del planeta… hasta ahora”.
Pero no todo termina ahí. Además de penalizar a estos indefensos animales marinos, Trump también impuso tarifas a Tokelau, un pequeño territorio de Nueva Zelanda con apenas 1.600 habitantes, y a las islas Cocos, que cuentan con 600 almas (y probablemente más cangrejos que personas).
¿La Casa Blanca se equivocó de mapa o realmente considera que las focas están conspirando contra la economía estadounidense? Aún no hay respuesta oficial, pero mientras tanto, los pingüinos siguen deslizándose sobre el hielo sin preocuparse demasiado por la bolsa de Nueva York.