Barranquilla estuvo de fiesta todo el fin de semana con la energía de Shakira en el Metropolitano. Pero cuando el lunes tocó el turno del Junior, la danza se tornó torpe. El equipo tiburón salió a la cancha con la ilusión de marcar el ritmo en la Liga, pero terminó bailando fuera de compás y cayó 2-1 ante un Envigado que supo moverse mejor.
Todo comenzó con buen pie. Junior marcó el primer paso con un cabezazo de Carlos Bacca tras una jugada bien elaborada por Yimmi Chará y Bryan Castrillón. El estadio vibraba, parecía que el equipo dominaría el ritmo del partido. Pero pronto llegaron los tropiezos.
Envigado no tardó en aprovechar una mala salida de José Cuenú, y Bayron Garcés, con precisión, dejó a Junior tambaleando con el empate. A partir de ahí, los rojiblancos comenzaron a pisarse entre sí. Los errores en defensa y la falta de coordinación en el ataque hicieron que el equipo perdiera la gracia.
El paso definitivo al vacío lo dio Jhomier Guerrero al perder un balón clave en la salida. Gendry Cuervo aprovechó y, con un remate certero, dejó a Junior en el suelo. Ni la entrada de Teófilo Gutiérrez, en su esperado regreso, logró enderezar la coreografía.
El Metropolitano, que días antes había sido testigo de un espectáculo vibrante, ahora veía a Junior trastabillar y dejar escapar la cima de la Liga. La hinchada se marchó con la sensación de haber visto un equipo que quiso bailar, pero terminó pisándose los pies.