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No fue una celebración cualquiera. Cuando Carlos Bacca empujó el balón al fondo de la red, no sólo marcó el único gol del partido frente al Medellín: también desató una imagen cargada de recuerdos, de esas que aprietan el alma. Junto a Teófilo Gutiérrez y Guillermo Paiva, Bacca revivió el trencito del 95, ese festejo que quedó grabado en la historia del Junior. Pero esta vez, había algo que dolía: faltaba uno.
Minutos antes, en el camerino, los jugadores recibían la noticia de la muerte de Jorge Bolaño. El samario, ídolo de los 90, había fallecido en Cúcuta a los 47 años. La tristeza fue inmediata. Guardaron un minuto de silencio y vieron en la pared una vieja foto: Bolaño, el Pibe, Valenciano y Pacheco celebrando en fila india un gol de otro tiempo.
“Cuando vimos la foto, éramos tres en la cancha. Nos faltaba el cuarto… y ese era él”, confesó Bacca con emoción. No fue planeado. Teo le propuso la idea y Paiva se sumó. Pero el homenaje cobró sentido solo después, cuando la memoria les hizo un nudo en la garganta.
Bolaño debutó con Junior en 1993 y fue campeón en el 95. Luego brilló en Italia, en clubes como Parma y Sampdoria. Con la Selección Colombia jugó 36 partidos y participó en el Mundial de Francia 98.
El técnico César Farías también se sumó al homenaje: “Se ha ido un grande, un referente que siempre vivirá en el corazón del Juniorismo”.
Esa noche, el trencito volvió a rodar por el césped, pero con un vagón vacío. Un homenaje sin palabras. Un gol con ausencia.