El término “Trumpflation” volvió a ocupar titulares y redes sociales en Estados Unidos, tras convertirse en tendencia en X, donde se combina el análisis económico con un fuerte componente de sátira política.

La palabra, una fusión entre Trump e inflación, nació en 2016 cuando expertos anticipaban que las políticas fiscales y arancelarias de Donald Trump podrían disparar los precios. Sin embargo, durante su primer mandato, la inflación promedio se mantuvo en niveles bajos, cercana al 1.9 % anual. Aun así, la etiqueta resurgió con fuerza en medio de las discusiones sobre el rumbo económico del país y el impacto que tendría un eventual regreso del exmandatario a la Casa Blanca.

En redes sociales, #Trumpflation se ha convertido en un espacio de debate y humor. Usuarios comparten memes y comparaciones de precios de productos básicos como huevos, gasolina o desayunos tradicionales, culpando de manera irónica a Trump por los incrementos. Frases como “Trumpflation kicking in fast and hard” o “los huevos ya están a 7 dólares la docena, gracias a Trumpflation” se replican con rapidez, acompañadas de imágenes que buscan viralidad.

Más allá de lo satírico, algunos analistas advierten que el concepto refleja temores reales sobre posibles presiones inflacionarias si se aplican políticas de gasto público elevado o nuevas tarifas comerciales. Desde Corea del Sur hasta medios financieros en EE. UU., se discuten escenarios de volatilidad económica vinculados con una eventual administración Trump.

El contraste entre el origen técnico del término y su actual uso popular demuestra cómo las redes sociales transforman conceptos económicos en banderas políticas. Para algunos, es un recordatorio de la incertidumbre en la economía global; para otros, un recurso humorístico que refleja la polarización del debate en torno a Trump.

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