En medio de una creciente controversia, la firma de seguridad Lost Prevention ha negado rotundamente cualquier vínculo con Nicolás Petro Burgos, hijo del presidente, quien actualmente enfrenta un proceso por presunto enriquecimiento ilícito. La empresa, representada por Lilian Dolores López Romano, ha afirmado que ni ella ni la compañía tienen ninguna relación con Petro Burgos.

López Romano declaró enfáticamente: «La empresa en ningún momento ha tenido conexiones con el señor Nicolás Petro. No lo conozco, no he tenido reuniones con él ni he compartido ninguna actividad social».

Sin embargo, Lost Prevention admitió tener vínculos con los Vega Daza, aunque los asoció únicamente como empleados en calidad de escoltas. «La empresa no tiene una relación con el clan Vega Daza», aseguró López Romano. «Los señores Vega Daza estuvieron al servicio de una protegida durante los años 2015 al 2016».

A pesar de la negativa de relaciones directas, la empresa enfrenta acusaciones y presión mediática debido a su asociación indirecta con el mencionado clan. Esto ha llevado a la empresa a denunciar amenazas dirigidas a uno de sus funcionarios. Según los informes, el revisor fiscal de Lost Prevention habría recibido amenazas que le instaban a abandonar la ciudad.

Las autoridades están investigando estas amenazas y la posible conexión con la divulgación de los informes de prensa que vinculan a Lost Prevention con el clan Vega Daza. Mientras tanto, la empresa insiste en su inocencia y en la transparencia de sus procesos de selección de personal.