Los grupos delincuenciales en Barranquilla y su área metropolitana han encontrado una manera insidiosa de lavar dinero y expandir su imperio criminal: los megabillares, construidos con los ingresos de la extorsión y el tráfico de estupefacientes. Este preocupante fenómeno se devela en la serie de trinos del periodista Humberto Herrera en la red social X.
Estos grupos, conocidos por diversificar sus actividades criminales, generan ingentes cantidades de dinero a través de la extorsión, tráfico de estupefacientes, usurpación de tierras y otros delitos. Pero la gran interrogante es: ¿dónde va a parar ese dinero? Una parte es destinada al sostenimiento del grupo, pagos varios y adquisición de armas y drogas, pero una porción significativa debe ser blanqueada.
Para este propósito, los delincuentes utilizan testaferros para establecer negocios legales en la ciudad, como barberías de lujo, concesionarios de vehículos de segunda, restaurantes y, especialmente, enormes billares. Detrás de la fachada de entretenimiento y comercio, estos establecimientos sirven como frentes para legitimar dinero malhabido.
Lo más inquietante es la revelación de eventos como los ‘lunes de zapatero’, organizados en estos megabillares. Estas actividades, que atraen a multitudes con picós y artistas, también se convierten en focos de tráfico de drogas, alianzas criminales y comercio ilícito de armas. Lo más alarmante es que sirven como imanes para atraer a jóvenes, potencialmente induciéndolos a la drogadicción y reclutándolos en bandas criminales.
Aunque la Policía de Barranquilla realiza intervenciones constantes, el control permanente es un desafío. Humberto Herrera destaca la necesidad de un seguimiento financiero más riguroso por parte de las autoridades, instando a unidades de análisis financiero, lavado de activos de la Fiscalía, Policía y el Gobierno a investigar el origen de estos megabillares y restaurantes ostentosos.
La investigación del periodista arroja luz sobre la oscura realidad que se esconde tras la fachada de estos negocios.